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Eduardo Luna: "Acercarnos a la realidad europea y particularmente española es enriquecedor"

Entrevistamos al Director General de la Autoridad Nacional de Protección de Datos, participante en el Programa Líderes Peruanos 2025 Ver Resumen Ejecutivo en PDF

10 mayo 2025
Eduardo Luna: "Acercarnos a la realidad europea y particularmente española es enriquecedor"

Eduardo Luna Cervantes, Director General de la Autoridad Nacional de Protección de Datos. Jurista reconocido y académico destacado, ha trabajado intensamente en transparencia, ética pública y protección de datos, tanto desde el Ministerio de Justicia como desde la Defensoría del Pueblo.

La protección de datos personales es una de las principales preocupaciones de gobiernos y ciudadanos en el marco del ecosistema digital, ¿cuál es el objetivo prioritario actualmente de la institución que dirige?

Bueno, creo que el objetivo es estar muy a la vanguardia de cuáles son los marcos regulatorios que hay que evitar y sin dejar de lado, por supuesto, los avances en el proceso de digitalización. Esta digitalización tiene que ir aparejada, como lo hemos visto también en estas jornadas, con marcos de protección, porque, por supuesto, el gobierno de datos, que va a contribuir a políticas públicas eficaces tiene que tomar en cuenta medidas de seguridad para salvaguardar los datos personales.

En ese sentido, una agencia como la nuestra, que está llamada a supervisar, que está llamada a fiscalizar, que está llamada a sancionar, tiene que saber cómo funcionan estos procesos. Y, por lo tanto, tomar los recaudos necesarios para que nuestra actividad funcional no se vea afectada y, a la inversa, que sea muy sensible a las necesidades de este proceso, de tal forma que pueda modular su actuación y que esto, por supuesto, no perjudique la eficiencia a la que tenemos que aspirar, que hacer institucional.

Viendo la experiencia y lo que sucede en España, ¿cuál crees que es el principal peligro o el principal reto al que se enfrenta Perú?

Bueno, el peligro es ese apetito insaciable por los datos, muchas veces sin tomar en cuenta principios como el de mínima necesidad, el de finalidad, el de calidad... Ya hemos visto en estas jornadas también lo importante que es la calidad del dato para la gobernanza

Por lo tanto, si no se aplican algunos principios básicos del marco de protección de datos personales a todas estas tecnologías disruptivas, corremos el riesgo de que la gobernanza sea fallida. Así que, desde nuestro punto de vista, es fundamental velar por principios como el de finalidad, el de mínima necesidad, es decir, recolectar sólo los datos que resulten estrictamente necesarios para alcanzar ciertas finalidades públicas.

No se trata de que podamos recolectar todos los datos que tecnológicamente sean posibles de recolectar, sino también preguntarnos si es jurídica y hasta éticamente necesario recolectarlos. Habida cuenta de que todo dato es de un individuo, de una persona, distinta a esa empresa, distinta a ese Estado, y su recolección implica siempre una intromisión en la intimidad, en la vida privada de las personas. En la medida que esa lógica no esté impregnando las políticas públicas en mi país, bueno, siempre van a adolecer de este componente y, por lo tanto, pueden potencialmente afectar derechos fundamentales, y es lo que queremos evitar.

En el año 2012, hace más de 10 años, su organización, la ANPD, firmó un acuerdo, un convenio de colaboración con la Agencia Española de Protección de Datos. ¿Qué ha pasado desde entonces?

Bueno, yo creo que ha sido fructífera no sólo la relación nuestra con la Agencia Española de Protección de Datos, que para toda América Latina es un referente, sino en general con el relacionamiento con otras agencias que forman parte de una red iberoamericana de protección de datos.

Yo siempre lo afirmo así: creo que con estos espacios internacionales no sólo vemos oportunidades de cooperación, sino también ganamos perspectiva de cuáles son los peligros para los derechos fundamentales en el mundo contemporáneo. Cuáles son, por lo tanto, los recaudos que debemos tomar como organización para prevenir esos escenarios de vulneración de derechos.

Entonces, estar al día en cuáles son los riesgos de las tecnologías emergentes, de la inteligencia artificial, y qué estrategias vienen implementando agencias punta en el mundo en esta materia, como lo es la Agencia Española, a nosotros nos sirve de manera muy notoria para poder también generar estrategias nacionales y poner prioridad a ciertos temas, sobre todo cuando tenemos recursos escasos, como es el caso de Perú.

Así que para nosotros el relacionamiento con la Agencia Española es muy importante. Tienen documentos, investigaciones, posiciones institucionales sobre ciertos temas que también nos preocupan en Perú y que conocerlos, y entrevistarnos con los actores protagónicos en esta tarea de la defensa de los derechos de protección de datos personales es muy importante para potenciar nuestra labor en Perú.

Desde su perspectiva de abogado, ¿cuáles son las diferencias entre la normativa peruana y española al respecto? ¿Qué sinergias pueden abrirse en ambas orillas?

Bueno, yo creo que normativamente hay muchas similitudes. Nosotros siempre hemos tenido mucha influencia europea, continental y particularmente española, y me refiero a la normativa de protección de datos personales. Qué duda cabe que hoy por hoy el reglamento europeo del año 2016 es un punto de inflexión en la región. Y Europa también está avanzada en lo que es la reglamentación de la inteligencia artificial.

Así que ese hermanamiento jurídico existe porque América Latina en general, y particularmente el Perú, bebe también de esa larga tradición romano-germánica, europea-continental, y por lo tanto compartimos los mismos principios jurídicos, los mismos valores fundamentales. Así que para nosotros el acercarnos a la realidad europea y particularmente española es complementario, es enriquecedor. Y creo que es importante, en la medida que Europa es un escenario de evidente irrupción de estas tecnologías. Nos llevan mucho por delante en materia de transformación digital, de digitalización, de gobernanza de datos y ese es el escenario que se nos viene para el resto del mundo.

Entonces saber por anticipado cuáles son esos escenarios de riesgo es fundamental. Y esta experiencia en particular nos ha ayudado también a conocer, desde el punto de vista de la realidad española, cuáles son esas empresas y esas entidades, de tal forma que podamos luego hacer los contactos esperados y tener mayor información sobre algunos temas que nos hayan podido interesar para tener conocimiento especializado sobre estas materias.

Más allá del tema de los datos y de la transformación digital , ¿cómo valora este tipo de iniciativas como el Programa Líderes a la hora de fomentar la cooperación entre ambas orillas?

Yo creo que es muy importante porque a veces en la vida del funcionario público, y aquí me incluyo, a veces nos vemos rebasados por el día a día, por las urgencias, por las coyunturas y a veces estos espacios nos ayudan a ganar perspectiva, a ganar calidad en el trabajo, a saber dónde está la información, qué otras fuentes o entidades están trabajando temas que nos interesan y establecer los contactos necesarios.

Creo que el trabajo de la Fundación es muy importante en ese sentido porque nos ayuda, repito, a ganar perspectivas, a aprovechar una experiencia institucional que no es fácil obtener a través del mundo online.

El contacto personal es muy importante en estos aspectos y creo que por eso lo valoramos muy bien. Además, qué mejor que en un país como España donde compartimos una cultura, una serie de valores institucionales y por eso es que para nosotros la experiencia ha sido muy enriquecedora.

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