Ciberseguridad e identidad digital: impacto en el mercado de las malas prácticas

La Fundación Consejo España-Perú y la Cámara de Comercio de España en el Perú organizaron el 24 de febrero el webinario «Ciberseguridad e identidad digital: impacto en el mercado de las malas prácticas». El coloquio fue moderado por Marta Ortega, gerente adjunta de la Cámara Oficial de Comercio de España en Perú y country manager de Camerfirma en Perú, y contó con las ponencias de Alfonso Carcasona, consejero delegado de Camerfirma, parte del Grupo InfoCert; y Antoni Bosch, director general del Institute of Audit & IT Governance (IAITG), que hicieron sendas presentaciones sobre el estado de la ciberseguridad y la identidad digital en el Perú y en el mundo.   

Los panelistas explicaron que, si bien la pandemia del COVID ha acelerado la transformación digital, también ha propiciado un aumento del cibercrimen, tanto de ataques leves como graves. En 2020, hubo un incremento del 12% de los ciberataques a nivel global y, respecto a 2017, ha habido un aumento de los ataques graves del 66%. De enero de 2018 a junio de 2021, un tercio de estos ataques graves se perpetraron en el continente americano.  

Perú ocupa el puesto número 20 entre los países del mundo que más ataques reciben. Aunque el país ha puesto en marcha una política nacional de ciberseguridad, su nivel de madurez, según el ranking global de Kaspersky, es aún formativo, al nivel de países como Ecuador, y se encuentra lejos de países como Colombia o Brasil.  

Según Alfonso Carcasona, la ciberseguridad necesita un marco de confianza digital, y precisamente Camerfirma forma parte del mayor prestador de servicios de confianza digital de Europa, Grupo InfoCert. Provee servicios de confianza digital en línea con la regulación peruana, y apoya a sus clientes en el diseño de soluciones digitales que mejoran y aceleran la transformación digital de los procesos empresariales, ofreciendo Seguridad, Privacidad, Cumplimiento y Sostenibilidad (SPCS) en sus soluciones de confianza digital, la cual está basada en tres pilares: tecnología, personas y marco normativo. 

Como explicó Antoni Bosch, el teletrabajo y el uso compartido de la información en la nube se han convertido en una tendencia global, y los riesgos amplían su alcance, por lo que esta década caracterizada por el «Internet de las Cosas» requiere una especialización de la seguridad.  

Por otro lado, es necesario un cambio de paradigma en el modelo digital, de un modelo centrado en los procesos a uno centrado en los ciudadanos, también conocido como humanismo digital. Para llevar a cabo esa transformación digital, a través de la gobernanza de las tecnologías de la información (TI), es necesario primero: reconocer la necesidad de actuar, determinar el estado actual, definir el estado objetivo, generar mejoras, implementar mejoras, y monitorear y evaluar.